Los evaporadores de almacenamiento en frío mantienen temperaturas bajas constantes dentro del área de almacenamiento utilizando los principios de intercambio de calor y refrigeración. Estos dispositivos desempeñan un papel fundamental en la regulación de la temperatura del espacio de almacenamiento para garantizar que los productos perecederos se conserven de forma eficaz. Así es como lo logran:
Intercambio de calor: los evaporadores de almacenamiento en frío están diseñados como intercambiadores de calor. Consisten en serpentines o tubos por los que circula un refrigerante. Cuando el aire caliente del área de almacenamiento pasa sobre estos serpentines, comienza el proceso de intercambio de calor.
Cambio de fase: La clave para mantener bajas temperaturas radica en el cambio de fase del refrigerante. Los refrigerantes utilizados en los sistemas de almacenamiento en frío tienen puntos de ebullición bajos. A medida que el aire caliente fluye sobre los serpentines del evaporador, el calor del aire se transfiere al refrigerante. Este calor hace que el refrigerante cambie de un estado líquido a un estado de vapor o gas mediante un proceso conocido como vaporización o evaporación.
Absorción de calor: durante el cambio de fase de líquido a vapor, el refrigerante absorbe una cantidad significativa de calor del aire circundante. Esta absorción de calor es lo que enfría el aire en el área de almacenamiento. El aire ahora más frío circula de regreso al espacio de almacenamiento, eliminando continuamente el calor y bajando la temperatura.
Control de temperatura: para mantener temperaturas bajas constantes, el sistema de almacenamiento en frío incluye un termostato o controlador de temperatura. Este controlador monitorea la temperatura dentro del área de almacenamiento y ajusta el funcionamiento del evaporador, incluida la tasa de flujo de refrigerante y la velocidad de los ventiladores. Cuando la temperatura sube por encima del punto de ajuste, el controlador aumenta la capacidad de enfriamiento y cuando cae por debajo, reduce el enfriamiento.
Descongelación: En algunos casos, evaporadores de almacenamiento en frío pueden desarrollar escarcha en sus bobinas debido a la humedad del aire. La acumulación de escarcha puede aislar las bobinas y reducir su eficiencia. Para evitar esto, muchos evaporadores están equipados con sistemas de descongelación que periódicamente derriten o eliminan la escarcha, asegurando un intercambio de calor y enfriamiento constantes.
Circulación de aire: la gestión adecuada del flujo de aire es esencial para una distribución uniforme de la temperatura dentro del área de almacenamiento. Los ventiladores dentro del sistema de almacenamiento en frío ayudan a hacer circular el aire enfriado, evitando puntos calientes y garantizando un enfriamiento uniforme en todo el espacio.
Aislamiento: Las paredes, techos y pisos de la instalación de almacenamiento en frío suelen estar bien aislados para minimizar la transferencia de calor entre el ambiente interior y exterior. Este aislamiento ayuda a mantener la baja temperatura deseada y reduce la carga de trabajo del evaporador.
Al hacer circular continuamente aire caliente sobre los serpentines del evaporador, absorber calor a través del cambio de fase del refrigerante y regular el proceso de enfriamiento con precisión, los evaporadores de almacenamiento en frío pueden alcanzar y mantener temperaturas bajas constantes dentro del área de almacenamiento. Este control de temperatura es crucial para preservar la calidad y seguridad de los productos almacenados dentro de la instalación, ya sean alimentos, productos farmacéuticos u otros productos perecederos.